Diáspora

He sido inasible: 
vapor, aire, mujer que vuela. 
Huí, no de un amor,
sino de un país.
Me dejé llevar hacia el Sur,
no de un cuerpo,
sino de mi mundo conocido:
calles, cielo azul, río ancho, 
puente oriental, una vida.
Sí, tuve una vida,
soy ahora diáspora
una espora llevada por un tifón
entre el despertar y el dormir.
Dormir como hacer una pausa,
                                      in de fi ni da 
dormir como "ya no ser"
dormir en un intento de "volver a ser" 
   he allí el despertar.
Abrir nuevamente los ojos,
hacerse un nuevo propósito,
ser aire de otra corriente,
volar de otra manera
ser tifón y mujer en otro cielo
sobrevivir, migrar, nacer, dejar apegos,
abrir brazos,
crear lazos, 
perdonar al tiempo,
agradecer al tiempo.
Ahora soy diáspora
que ya no quiere ser espora 
sino una fuerte raíz.

Historias mínimas de lluvia y más



Formación de las estrellas: Ella llovía de adentro hacia afuera. Él, recogía con suavidad una a una cada gota, las congelaba y las lanzaba con un soplo al espacio.

                                                         

Las gotas de lluvia formaron un mar en su pecho. Él no sabía si, en el fondo, una sirena lo esperaba para empaparle el corazón.

                                                         

Ella no sabía si lloverse hacia adentro o hacia afuera. Él no sabía cómo ser esa lluvia.

                                                         

Le preguntó a las palabras por ella, pero le contestaron con hondos silencios. Entonces, se hizo parte del silencio para encontrarla hondamente.

                                                         

Ella lo encontraba en todas las cosas: en el humo, en una esquina rota, en su inútil oficio de atrapar el viento y en su última esperanza.

                                                         

Ella le escribía notas de amor en las nubes con la ilusión de que las leyera. Nunca imaginó que él ya no miraba hacia el cielo, ni cazaba nubes.

                                                        

Él le pidió algo para endulzar su café. Ella le ofreció dos besos.

                                                       

Él, leía su cuerpo, tenue y delicado, palabra por palabra con sus manos. Ella, sin poder evitarlo, ardía a 451 Fahrenheit.

                                                      


Coincidir


Para coincidir 

no basta sólo con estar presente

hay que andar y desandar hacia los costados,

vivir es más, mucho más,

infinitamente más

que ir hacia adelante hechos prisa 

o ir hacia atrás hechos llanto.


Hacia los costados nos habitan:

la ternura, la amplitud, el deseo,

la intensidad de la espera,

lo insoportable de la espera,

la distancia mínima más allá de la caricia,

la convergencia de dos voces,

voces apenas,

discretamente apenas,

que conjuran "un universo para dos".


Hacia los costados, siempre,

mientras sea siempre,

la vida busca que el durante dure

que el amor perdure

que el coincidir persista

y se resista a lo vano.

Coincidir en un aquí de ambos.

Coincidir en un presente común. 


Soñar

 Soñar con alguien

  no con cualquiera 

        soñar-te

como llevando mi vida a la tuya

donde no haya un adiós

si aún no hay bienvenida 

            mejor

donde no haya un adiós.


         soñar(te)

aunque no sepa cómo soñar

inventar, tal vez,

la respiración que lo permita

hacer caer mis párpados

dibujarte en un delicado gesto

invocar la musicalidad de tu nombre

apagar los ruidos de los autos

y cerrar todas las cortinas.


           soñar(te) 

       y, en ese soñar,

¿cómo será mirarnos? 

¿cómo será esa fragilidad mutua? 

sí, he de sentir en sueños

lo que no puedo con ojos abiertos:

la         gra ve dad       del amor 

           y su curvatura.

Decir


Decir 'tiempo' y que todo se detenga

para pensar sobre lo hondo, 

lo oscuro,

lo justo,

lo inexorable.


Decir 'amor' con torpeza, 

con el cuerpo estremecido

con el deseo de su eco próximo 

para saborear el mundo y su infinito.


Decir 'piel' sólo si se hace temblando 

para acariciar el adentro imposible

de otra piel erizada 

de otra piel que espera sin prisa.


Decir 'beso' como subrayando la vida 

para dejar un "tal vez" encendido 

para insistir en la belleza 

de una historia que falta por contar.


Decir como construir

enmudecer esperando tu dictado

inventar palabras para crear(nos)

hacer silencio para decir verdades.


Dormida

Dormida a la sombra de mi pecho 
no conozco más alfabeto
que el de mis dedos 
sobre la cumbre de tus labios 

II 
me basta un roce de bocas invisibles
tus cabellos en mis músculos más íntimos 
o el universo que me abres 
o la saliva que me sacia 
para ser un poco esa montaña
que teje con el viento 
una combustión muy lenta e inagotable 

III
nada tiene, entonces, semejante emoción
que estar hundida en el rincón 
más sensible de tu mirada 
en un diálogo silencioso 
con tus silentes pestañas 

IV 
ésta noche tu voz viene a visitarme 
y en ese devenir del tiempo 
quererte es un viaje que no acaba 
es una flor de carne que brilla
es el calor compartido 
de aguas que arden 
es esta anchura de mi cama 
que puebla de besos mi cuerpo 
más allá de lo imposible.

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