Para coincidir
no basta sólo con estar presente
hay que andar y desandar hacia los costados,
vivir es más, mucho más,
infinitamente más
que ir hacia adelante hechos prisa
o ir hacia atrás hechos llanto.
Hacia los costados nos habitan:
la ternura, la amplitud, el deseo,
la intensidad de la espera,
lo insoportable de la espera,
la distancia mínima más allá de la caricia,
la convergencia de dos voces,
voces apenas,
discretamente apenas,
que conjuran "un universo para dos".
Hacia los costados, siempre,
mientras sea siempre,
la vida busca que el durante dure
que el amor perdure
que el coincidir persista
y se resista a lo vano.
Coincidir en un aquí de ambos.
Coincidir en un presente común.
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