Inquietas ansias



“Somos cada día como la primera vez. Adivinamos en otros ojos nuestra búsqueda,
el momento del reconocimiento, para hallarnos, para respirarnos,
como respira la tierra a la lluvia”
                   Sara Mukhererjee




Me hablas de fragancias y sabores que despiertan
tu alma agobiada por los vapores cotidianos.
Entre pensamientos latentes y miradas expresivas
vibras y sientes
yo, aún temerosa
me dejo llevar por las inquietas ansias
que pueblan mi memoria
me refugio bajo tu manto acuarela
dibujo árboles desnudos
bebo de tu boca el néctar excitante
atizo placeres sin prorroga ni tiempo
desgrano tus ganas inaplazables
y tus instintos reprimidos
me acaricias, me elevas
entras, exploras, absorbes, pactas, te atreves…
invocas el éxtasis en mi pecho
allí quedo derrotada
entregada al suspirar de tu tacto en mi cuerpo
húmedo y palpitante
coincidiendo a tu ritmo y melodía
.
.
.
.
*agape*
.
.

De alas abiertas




¿Quien soy?… (Ya me dirán que estoy filosofando)… aparentemente es una pregunta simple, quizá hasta tonta, pero sé que todos nos hacemos esa interrogante en algún momento. Hoy me tocó a mí.


Yo soy lo que no soy… lo que no hago, lo que no tengo, lo que olvido, lo que amo. No finjo ser feliz, lo soy en ocasiones y la vida se vuelve ansias/deseos y otras veces esa alegría se duerme en el letargo de la ausencia donde lo sencillo se asemeja a lo inalcanzable. Así, vivo con mis demonios (que son muchos) y mis ángeles (que son más), con mis letras curvilíneas que atizan el trazo de mi sexo abrasador, con soplos de miedo y ganas en la piel.


Tal vez, soy en el mundo un habitante más que huye del bullicio cotidiano; sin duda no soy una mujer de facciones perfectas, ni medidas extraordinarias; me gusta el lado izquierdo de la cama porque está más cerca de la ventana, aún así, despierto en el derecho; tampoco tengo esa rara magia de amanecer peinada o maquillada; mis defectos internos inundan la almohada, las cortinas, mis libros, mi cepillo dental.


No baso mi vida en salones de belleza, pero sí en horas de silencio, de despertares, de pensamientos, de ronquidos entre sonrisas y lágrimas. Creo que soy como todos y a la vez distinta, un exótico personaje… y conforme a lo que soy dejo de ser lo que no quiero ser.

Mente volátil



“dónde, en qué momento, en qué palabra… se deja de querer
dónde, en qué lugar, por qué razón… se deja de sentir"
(Conchita: Dónde)


insondable espacio el de mi crédula habitación
sin sus palabras francas y sensitivas
queda sólo eso, mi habitación…
pared/iceberg
suelo/abismo
cama/anchura
ventana/muerte
luna/recuerdo
estrellas/fragilidad
pensamiento/alma
dentro de mi piel
cavilarte y no temblar
entre sueños de nada
con el andar del tiempo






Pienso, la mente estalla, levito entre purpúreos colores, vestido de hierro, coraza maldita, una calle vacía, nadie a quien esperar… más, me siguen ruidos convexos que atan su nombre a mi cama… allí sobrevivo, deambulo…espero una palabra que destile en mi boca el aire de sus voces. Esperanza. Camino amplio, el tiempo infame, sobredosis de silencio, mar/orilla, luz. Al filo, en un rincón, observo, es la realidad que sostengo como daga contra el estruendo; pesimismo confuso, dejadez del ser… Entre ausencias escribo, con versos delirantes, quizá tristes, porque no consigo arropar mi alma desde que se fue.

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